Hace un año que mi destino es la distancia.

Hace un año decidí cruzar una puerta, con lágrimas en los ojos y una vida que iba a ser olvidada al no querer mirar atrás. Hace 365 días escogí no saber que es tener un abrazo de mis personas favoritas por algún tiempo, volver a encontrar amigos, crear nuevas historias porque las viejas se quedaron escritas en el libro que no vino conmigo.

“Hace un año” una frase corta para un trayecto tan largo, para tantas emociones en días y muchísimas horas de diferencia.

12 meses donde mi vida se convirtió en un juego, con un botón de reiniciar para tener que comenzar de nuevo. Admiro todo aquel que como yo, entendió que a pesar de no ser fácil, no te rindes, que las decisiones que se toman vienen con consecuencias y la valentía esta en asumirlas sin importar el huracán que se aproxima.

Si tengo que resumir mi año diría que nunca pensé que la Navidad pudiera ser tan triste en un lugar donde todo el mundo está feliz, que el invierno es la persona más infeliz que conocí en mi vida y que si pudiera huir siempre de ella, lo haría. Que estar abierto a todas las cosas que nunca viste en tu vida hace que la perspectiva de verlas cambie y aquello que creías conocer se vuelva insignificante al descubrir lo maravilloso que puede ser todo afuera de tu zona de confort.

Que extrañar es el verbo con más significado en la conjugación que tienes por vida y valorar todo aquello que ya no tienes es la mejor lección como resultado. Puedo decir que la vida es una caja de pandora y me trajo cosas malas, tragos amargos, decisiones difíciles y a pesar de ello, lo bueno que me ha traído a cambio es el arco iris al final de muchas tormentas.

Puedo acotar que es el año con más transiciones en mi vida, que como persona cambio diariamente y solo pido que sea para bien.

Que si tuviera la oportunidad de volver a escoger esta sería la misma elección.