Cosas que no te dicen...
- anakarinaescorcio
- 10 nov 2017
- 3 Min. de lectura

Nadie aprende con caídas ajenas, ni de consejos soltados al azar. Nadie entiende lo que significa estrellarse hasta que va y acelera para hacerlo. Nadie puede calzar un zapato ajeno para hacer su mismo trayecto. Nadie sabe nada, hasta que sabe.
Nadie, fui yo.
No sé si creo en el destino, todos los días tengo constantes conclusiones sobre él y ninguna se parece, tampoco creo que todo este escrito, creo que cada paso que das es un punto de partida, que se puede borrar y cambiar de dirección todas las veces que quieras, que cada decisión es tu trayecto y cada consecuencia es tu final y que eres tú el que sabrá como asumirlo.
Mi vida está llena de tantos finales y tantos comienzos que ya me siento inmune a cada resultado que obtenga de ellos. Creo que todos tenemos una experiencia que marca el antes y después de lo que eras a lo que vas a ser y de allí comienzan muchas marcas más, pero la principal es la que cuenta.
Y 2017 es la mía.
Este año para mí fue una montaña rusa de emociones, de cambios tan radicales y de enseñanzas tatuadas en mi piel.
Aprendí que momentos desesperantes crean decisiones desesperantes, a veces necesarias, otras veces no tanto. Que si en momentos donde no vemos salida, respiramos y respiramos mucho, si buscamos ventanas donde no hay puertas abiertas y analizamos todo desde otra perspectiva, las soluciones aparecen por arte de magia. Que esperar tiene su recompensa a pesar de que a veces ni sabemos que estamos esperando. Entendí que un café con una persona que amas, tiene mucho más significado que un fin de semana rodeada de gente, que luchar por algo que vale la pena siempre, pero siempre va a valer la pena. Que las oportunidades, se presentan una vez en la vida que depende de ti caminar y no voltear o dejar que el miedo te jale. Entendí que las cosas siempre pasan por algo y ese algo en algún momento será lo mejor que te pasó. Acepte que no todo pasa en la manera que queremos y solo hay que buscar otra manera de querer.
Aprendí que los cambios hay que tomarlos de a poco, que forzar nunca resulta e imaginar mata demasiado. Que salir de la zona de confort es la mejor manera para aprender sobre ti y en que el transcurso de ello, querer abandonar ya no es tu mejor opción. Que tomar aventuras, viene con muchos obstáculos y que quedarte estancado no salvara tu vida. Que la palabra “valorar” no tiene el mismo significado cuando estas lejos y que un abrazo es el mejor lugar del mundo para buscar protección. Que los amigos, son las sonrisas que te regala la vida y tu familia la mano que te apoya para no caer.
Aprendí que valgo demasiado para estar mendigando compañía, porque la mejor que puedo encontrar es la mía. Aprendí a quererme tanto que el cariño es un extra para mi felicidad. Entendí que tengo el derecho de escoger quien me merece como también el derecho a ser escogida, pero de no ser así, que se puede vivir con ello, que el mundo no se acaba ni la vida se detiene por nadie. Entendí que quiero ser un numero 1 en la vida de una persona, ya que nadie merece ser un 2. Aprendí que para que te valoren, te tienes que valorar primero. Que arriesgarse, puede ser el recuerdo más bonito del mundo y que sufrir es parte del proceso. Que la costumbre quita energía y que cortar los cables salva vidas. Que a veces el pasado, no viene con la misma ropa, ni tampoco te genera el mismo sentimiento, que los juegos a veces se hicieron para perder y a veces para ganarlos. Que cada persona que llega a tu vida, te deja y se lleva algo. El detalle es saber que se queda y que se va. Que los puntos finales, son necesarios y los apegos están demás.
Que las decisiones son una interrogante abierta en el camino y que la respuesta quizás no tenga solución, que los miedos atan y las dudas cometer errores. Que la confianza en ti es la llave a todo aquello que quieres en la vida, que a veces dejar ir es que eso no regrese nunca y no luchar por algo que te importa es conformarse con aquello que no te mereces. Que pensar en grande crea grandes cosas, pero que chocar te hace crecer más. Que la libertad mal aprovechada te arruina la vida, pero darte cuenta a tiempo te la salva. Que soltar significa fuerza y decir adiós valentía.
Aprendí que quiero seguir aprendiendo, que quiero seguir cayendo y levantando, que quiero seguir cambiando, experimentando y conociendo.
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